La
palabra mandala significa Círculo Sagrado. Al ser un círculo - la forma perfecta -, representa el símbolo del cosmos y de la eternidad.
Nuestro entorno, desde el universo - el
sol, la luna, los planetas - hasta el esquema de toda nuestra
naturaleza. Todos siguen una línea
circular que al mismo tiempo representan los ciclos
infinitos de la vida.
Cito este fragmento que lo resume:
“El pájaro dispone su nido y la araña teje su tela. Los planetas
giran en torno al sol y las partículas bailotean alrededor del núcleo
del átomo. Una sabiduría remota parece haber trazado cada rincón de la
naturaleza a partir de un planteo circular. Sólo algunos hombres
–también sabios- supieron que si creaban formas similares, el espíritu
humano estaría acompasado con el ritmo del universo; así nacieron los
mandalas, diseños sagrados inspirados en los secretos de la Naturaleza”. - Julio Sánchez -
Nuestro cuerpo completa círculos y mantiene formas redondeadas, esto nos recuerda que somos
sistemas dentro de sistemas, pertenecemos al Absoluto y el Absoluto está
en nosotros.
Observar o dibujar mandalas puede ayudar a curar la
fragmentación psíquica y espiritual, también nos ayuda a manifestar
nuestra energía creativa, a reconectarnos con nuestro Ser y permitiendo que brote la sabiduría de nuestro inconsciente. Es por esto que tener cerca las formas geométricas que nos regala especialmente las suculentas puede aportar a nuestro ser interior.
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